La misteriosa muerte de Ottavio Bottecchia

En 1924 se convirtió en el primer italiano en ganar el Tour de Francia, y sólo tres años después encontraba la muerte. Una muerte prematura, llena de versiones contradictorias, silencios intrigantes y con una causa que, a día de hoy y seguramente para siempre, no ha quedado esclarecida.

Vida y carrera

Nació en San Martino di Colle Umberto, un pequeño pueblo de la provincia de Treviso, al norte de Italia. Su familia era muy humilde. Tenía ocho hermanos y apenas fue a la escuela, ya que se puso a trabajar muy pronto como albañil.

Se alistó en la Primera Guerra Mundial y combatió en el frente austro-italiano con los famosos Bersaglieri, un cuerpo de infantería cuya característica más notable era que se desplazaban en bicicleta. Fue ahí donde comenzó su relación con el mundo del ciclismo.

En 1920 consiguió sus primeras victorias como ciclista. En 1922 sus buenas actuaciones le valieron para ser reclamado por el francés Henri Pélissier –la mayor figura ciclista del momento-, quien le pidió que se uniera a su equipo, el Automoto-Hutchinson. Bottecchia aprendió a leer siendo ya un profesional del ciclismo, gracias a las enseñanzas de su amigo y compañero de entrenamiento Alfonso Piccin. Juntos leían las columnas del diario deportivo La Gazzeta dello Sport y folletos antifascistas. Sus ideas le jugarían una mala pasada en su país, donde fue vetado del Giro por su firme oposición al régimen de Mussolini. Por eso, sólo pudo participar en una edición (la de 1923) de la gran carrera italiana.

En 1923 fue quinto clasificado en el Giro de Italia y segundo en el Tour de Francia, en su primera participación en la ronda gala. El ganador fue su compañero de equipo, el francés Henri Pélissier. Bottecchia ganó además un etapa con llegada en Cherburgo.

En 1924 ganó su primer Tour de Francia, que dominó de principio a fin. Tras ganar la primera etapa se vistió de amarillo y ya no abandonaría el liderado hasta París, ganando con 35 minutos de ventaja sobre el segundo clasificado, el luxemburgués Nicolas Frantz. En total Bottecchia ganó cuatro etapas.

En 1925 ganó su segundo Tour, con 54 minutos de ventaja sobre el belga Lucien Buysse y ganando de nuevo cuatro etapas.

Era una personas de ideas antifascistas, y aun con la llegada al poder de Benito Mussolini en 1923, nunca se privó de criticarle en público.

En 1926 se asoció al fabricante Teodoro Carnielli para comercializar bicicletas con la marca Bottecchia. El negocio prosperó y acabaría convirtiéndose en una de las marcas de bicicletas más populares, llegando hasta nuestros días. Por ejemplo, en 2006 se vendieron más de 50.000 biclietas Bottecchia sólo en Europa.

Ese mismo invierno, 1926, perdió a su hermano pequeño, Umberto, atropellado por un coche.

Su misteriosa muerte

El 3 de junio de 1927 un agricultor de Peonis, localidad cercana al pueblo de residencia de nuestro protagonista, encontró un cuerpo agonizando en la cuneta de la carretera; tenía el cráneo roto, al igual que una clavícula y otros huesos. Pronto se confirmó que era Ottavio Bottecchia; le llevaron a un bar y, sobre una mesa, el cura le dio la extremaunción. De allí fue llevado inmediatamente al hospital de Gemona de Friuli, donde falleció 12 días más tarde sin haber llegado a recobrar el conocimiento. Tenía 33 años.

Oficialmente se trató de un accidente sufrido cuando entrenaba. La primera teoría hablaba de que una insolación le hizo caer al suelo, golpeándose la cabeza. Sin embargo, su bicicleta se encontró bastantes metros más allá, apoyada contra un árbol, y no había sido robada ni dañada. Tampoco había marcas de neumáticos que pudieran sugerir que algún coche le hubiera forzado fuera de la carretera o que hubiera perdido el control de su bicicleta.

Se supo que aquella mañana Bottecchia se levantó al alba y pedaleó hasta la casa de su gran amigo Alfonso Piccin para ir a entrenar juntos. Pero Piccin decidió no salir aquel día y Ottavio partió sólo. A partir de aquí, lo que ocurrió es una incógnita. Incógnita y misterio. Algunos sugirieron una pelea, pero no se encontró indicio alguno de ella; otros apuntaron a la participación en los hechos de una cuadrilla de camisas negras, como represalia por las ideas comunistas de Bottecchia y su abierta oposición al régimen de Mussolini. La investigación oficial se cerró dando por buena la teoría del accidente y la familia del ciclista, que recibió una suculenta indemnización por su muerte, tampoco mostró interés en saber más.

Pero en los años siguientes, para añadir aún más confusión a la historia, dos personas se autoinculparon de su muerte. Primero fue un emigrante italiano en Estados Unidos quien, tras ser herido y detenido en una reyerta con navajas en un muelle de Nueva York, acabó declarando haber asesinado a Ottavio y a su hermano Umberto por encargo de un dirigente fascista. Más tarde, dos décadas después del fatal suceso, el campesino propietario de la viña donde se encontró a Bottecchia confesó, en su lecho de muerte, haber asesinado de manera accidental al ciclista: “Vi a un hombre comiendo mis uvas. Le tiré una piedra para asustarle, pero le golpeó. Corrí hacia él y me di cuenta de quien era. Me asusté, le arrastré hasta la orilla del camino y allí lo dejé. Dios me perdone”.

Muchos vieron lagunas en esta explicación: por un lado, junio no es temporada de uvas (no maduran hasta finales de verano); por otro, para romper el cráneo a alguien con una piedra tendría que ser tan grande que le obligaría a estar muy cerca, con lo que parece inverosímil la explicación del agricultor. Bottecchia era un héroe local, y estando tan cerca habría sido fácilmente reconocible. En la investigación policial que se reabrió entonces se concluyó que ambos, campesino y ciclista, se conocían, y que podía tratarse de un crimen pasional. ¿Accidente, robo, motivos políticos, crimen pasional...? Ocho décadas después, las causas de la muerte del peculiar ciclista italiano siguen envueltas –como su personalidad- en un halo de misterio. Casi con toda seguridad seguirán siéndolo por los siglos de los siglos.

Fuentes; http://historiasdeldxt.blogspot.com, http://jovenesmuertos.blogspot.com

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