Milagro sobre hielo

EEUU vence a la URSS en la fase final de hockey sobre hielo en los JJOO de Invierno de 1980. La Federación Internacional de Hockey sobre Hielo (IIHF) consideró el partido como el mejor del siglo XX en este deporte.

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Antes del partido

El equipo de hockey sobre hielo de la Unión Soviética llegó a los Juegos Olímpicos de Lake Placid 1980 como el gran favorito para hacerse con la medalla de oro, distinción que habían ganado de forma consecutiva desde 1964. Sus estadísticas en los anteriores Juegos eran de 27 victorias, una derrota y un empate, con un marcador de 175 goles a favor por 44 en contra. Aunque oficialmente todos los deportistas de la URSS eran amateur, el Gobierno de Brezhnev realizaba una fuerte inversión deportiva y otorgaba a sus atletas una serie de ventajas, que les permitían de facto ejercer como jugadores profesionales. Entre otros jugadores figuraban el portero Vladislav Tretiak -considerado el mejor del mundo en su posición-, el atacante Valeri Kharlamov y el defensa Viacheslav Fetisov, que forman parte del Salón de la fama del Hockey. Los soviéticos estaban capitaneados por Boris Mikhailov, histórico jugador del CSKA Moscú.

En el otro lado, Estados Unidos era el país anfitrión de los Juegos Olímpicos, y como en cada edición enviaba un equipo formado por universitarios, a pesar de que el número de jugadores profesionales de ese país en la NHL había aumentado en los años 1970. El entrenador del combinado era Herb Brooks, técnico del club de hockey de la Universidad de Minnesota y que ganó tres campeonatos nacionales de la NCAA (1974, 1976 y 1979). Nueve de los 20 jugadores del equipo habían estado a sus órdenes en los Minnesota Golden Gophers, el equipo deportivo universitario que dirigía.

EEUU y la URSS eran rivales durante la Guerra Fría, y en aquella época sus relaciones diplomáticas no pasaban por su mejor momento. El entonces presidente estadounidense, Jimmy Carter, anunció que su país boicotearía los Juegos Olímpicos de Moscú en protesta por la invasión de Afganistán, que tuvo lugar semanas antes del partido de hockey.

Semanas antes del partido decisivo, tanto el combinado de Estados Unidos como el de la Unión Soviética disputaron partidos de preparación. El último choque entre ambos países fue el 9 de febrero de 1980 en el Madison Square Garden, con victoria soviética por 10:3. El entrenador de la URSS, Viktor Tikhonov declaró años después que la victoria de ese partido "fue un gran problema después", porque hizo que su equipo infravalorase al conjunto americano.

En los juegos

Durante los Juegos Olímpicos, Estados Unidos desempeñó un juego rápido, físico y agresivo, y terminó la fase regular de grupos con un saldo de cuatro victorias, un empate y ninguna derrota, siendo segundo en su grupo. Por su parte, la Unión Soviética ganó todos sus partidos y arrasó a sus rivales de grupo, siendo su resultado más contundente un 16:0 frente a Japón.

En la fase final, los dos primeros equipos de cada grupo se enfrentaban en un mismo grupo final por las medallas, pasando Estados Unidos, la Unión Soviética, Suecia y Finlandia. El día antes del partido, el periodista Dave Anderson escribió para New York Times lo siguiente: "salvo que el hielo se derrita bajo sus pies, o que cualquier equipo haga un milagro como hizo Estados Unidos en 1960, los rusos se harán con la medalla de oro por sexta vez".

El clima de la Guerra Fría hizo que los estadounidenses se volcaran con el equipo anfitrión, llenando el pabellón donde se jugaba el partido con banderas. Por su parte, los soviéticos también se mantuvieron expectantes ante la posibilidad de vencer al rival político en su propio hogar. El combinado ruso rechazó retrasar el partido de las 17:00 a las 20:00 horas (UTC+5), por lo que ABC lo emitió en diferido para Estados Unidos, en prime time. Antes de comenzar el encuentro, el entrenador de Estados Unidos, Herb Brooks, leyó a sus jugadores un juramento que decía lo siguiente: "Habéis nacido para jugar. Habéis nacido para estar aquí. Este es vuestro momento".

Partido y postpartido

En los primeros minutos del primer tiempo, la Unión Soviética se puso por delante con un gol de Vladimir Krutov. Sin embargo, Estados Unidos igualó el encuentro con un tanto de Buzz Schneider. La URSS volvió a adelantarse con un gol de Sergei Makarov, y durante varios minutos asediaron la portería del equipo americano. Sin embargo, el estadounidense Mark Johnson empató en los últimos segundos de ese periodo al aprovechar un mal rechazo del portero ruso Tretiak.

En el segundo tiempo, la URSS sacó a su portero reserva, Vladimir Myshkin, quien mantuvo la portería a cero durante ese periodo gracias a sus defensas. El combinado soviético dominó por completo esa parte, y a pesar de efectuar 12 disparos a puerta sólo anotaron un gol, obra de Aleksandr Maltsev. En los siguientes veinte minutos, Estados Unidos tenía que remontar un adverso 2:3.

En el tercer periodo, el equipo estadounidense aprovechó los errores de la zaga soviética y una penalización de dos minutos a Krutov. Mark Johnson aprovechó la ventaja de su equipo para anotar el gol del empate, y a diez minutos del final el capitán del equipo americano, Mike Eruzione, marcó el tanto de la victoria por 4:3. La URSS atacó con mucha fuerza, pero EEUU supo aguantar el resultado y ganó el partido. El júbilo del público presente en el pabellón contagió al comentarista del encuentro, Al Michaels, quien narró los segundos finales:

¡Once segundos, quedan diez segundos, la cuenta atrás va a terminar ya! Morrow, pasa para Silk. ¡Quedan cinco segundos! ¿Creen en los milagros?... ¡SI! ¡Increíble! (...) ¡No hay palabras para describirlo, perdónenme!.

La victoria de Estados Unidos conmocionó a todo el país, que aplaudió a sus jugadores como héroes. Mientras el equipo americano celebraba el triunfo en la pista y los rusos se marchaban cabizbajos, Herb Brooks se marchó a los vestuarios y rompió a llorar.12 Sin embargo, todavía no habían ganado la medalla de oro, ya que les quedaba un partido frente a Finlandia en el sistema de liguilla.

El encuentro frente a los finlandeses fue uno de los más complicados en los Juegos, y EEUU se marchó al final del segundo tiempo con una desventaja de 1:2. En esos momentos, Herb Brooks espetó a sus jugadores que "si pierden este partido, se lo llevarán a sus tumbas. A sus malditas tumbas". Los jugadores norteamericanos remontaron el partido, que terminó 4:2, y EEUU se hizo con la medalla de oro. Por su parte, la Unión Soviética logró la plata. Sports Illustrated publicó su número de marzo con una imagen de la celebración de EEUU sin ningún pie de foto, reflejando así la importancia del partido frente a la URSS y la medalla de oro. Además, se hicieron dos películas: "Miracle on Ice", de 1981 y protagonizada por Karl Malden, y "Miracle", de 2004 con Kurt Russell y Patricia Clarkson.

13 de los 20 jugadores que formaron parte del equipo olímpico estadounidense firmaron contratos profesionales con franquicias de la NHL, siendo una notable excepción el capitán Mike Eruzione, quien se retiró con 25 años al creer que la medalla era lo máximo que podía lograr como deportista. Herb Brooks fichó por New York Rangers en 1981 y siguió su carrera de entrenador en diferentes equipos hasta su muerte, en 2003.

En la Unión Soviética, el entrenador Tikhonov culpó a sus jugadores de la derrota, aunque más tarde reconoció como error el cambio de porteros realizado en el segundo tiempo. Los jugadores recogieron las medallas de plata sin ver las inscripciones con su nombre, y los medios de comunicación soviéticos no mencionaron el partido hasta unos días después. A pesar de la derrota, la URSS continuó como potencia del hockey sobre hielo hasta su disolución. La NHL incluía en su draft a jugadores soviéticos con la esperanza de que marcharan a Norteamérica, pero no fue hasta 1988 cuando el veterano Sergei Pryakhin se unió a Calgary Flames. Algunos miembros del equipo olímpico ruso de 1980, como Fetisov y Makarov, siguieron sus pasos meses después.

Fuente; https://es.wikipedia.org
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